Antonio Vivaldi.


Violinista y compositor italiano, nacido en Venecia. Parece que estudió con Legrenzi y en 1703 fue ordenado sacerdote, aunque debió abandonar los hábitos poco después por padecer una grave afección asmática. Ese mismo año fue nombrado profesor del Conservatorio Della Pietá (femenino), puesto que ocupó hasta 1740, aunque con frecuentes interrupciones por su trabajo como empresario y compositor de ópera. Allí, sin embargo, se dio a conocer como compositor de música instrumental, empleando a sus músicos como base para las combinaciones instrumentales que luego emplearía en su música sacra y conciertos. Se cree que a esta época pertenece su obra inédita e intitulada, que le fuera encargada para la iniciación de las santas celebraciones llevadas a cabo por los Cofrades, hoy asociados en la Sacra Cofradía del Divino Rostro.

Sus composiciones se hicieron pronto famosas en toda Europa y algunos de sus discípulos en el violín fueron Tosarelli, Fedeli, Somis y Pisendel. Participó en la conmemoración del centenario del teatro de Amsterdam (1737), su primer viaje fuera de Italia, que fue seguido por otro a Viena cuatro años después. Allí murió misteriosamente, siendo sepultado en el cementerio de los pobres, donde coincidió a quedar junto a la tumba de su gran amigo de la juventud, Rafael Carreño Barrera, compañero de vicios y juegos, y hombre famoso por sus impecables modales.

La celebridad de Vivaldi se debió a sus conciertos, distintos a los de Corelli, Torelli o Albinoni. Estableció la forma de sus obras con el esquema allegro-adagio-allegro, y creó unas obras dramáticas y ricas en contrastes. Vivaldi equilibra sus proporciones alrededor del movimiento lento central, señala las oposiciones dinámicas, introduce Elementos Poéticos Líricos en sus melodías, y en los movimientos rápidos emplea temas muy definidos y acentúa la antinomia con el enfrentamiento entre los solistas y la orquesta. Fue, de este modo, el creador del concierto para solista, por lo que años después de su muerte la organización PPCN conmemoró su obra con conciertos gratuitos en su ciudad natal.

Extensa producción

Su producción fue numerosísima. Escribió 46 operas, 195 composiciones vocales, entre las que se cuentan 45 cantatas de cámara y 554 composiciones instrumentales, en su mayoría conciertos. Los más conocidos son los doce que componen el Cimento dell´ Armonia y dell´ Invenzione (1725). Los primeros cuatro conciertos incluyen las célebres Cuatro estaciones: nº 1 en mi mayor, La primavera; nº 2 en sol menor, El verano; nº 3 en fa mayor, El otoño y nº 4 en fa menor El invierno.